lunes, 30 de diciembre de 2013

Capítulo Dos: Policías y ladrones.



Narra Taylor.



Bajamos entusiasmados en cuanto el autobús paró frente al recinto en el que se encontraba la torre de Pisa. Caminamos unos cuantos metros hasta que estuvimos frente a la torre. Ahí fue cuando empezamos a hacernos un montón de fotos.



-¡Yo quiero una de esas en las que parece que estás sujetando la torre! –exclamé.

-Ponte ahí.-me indicó Zayn señalando un pequeño poyete de piedra que había.- Ahora inclínate un poco.-lo hice mientras él se ponía en posición para hacerme la foto.- Así.

-Date prisa o me caeré.-no era buena aguantando el equilibrio.

-Listo.-dijo.-

-Gracias.-le sonreí.

-¿Alguien más quiere? –preguntó Zayn a los demás.-

-Aprovechad, es un buen fotógrafo.-dije riendo. Nada más pronunciar aquella frase, los demás empezaron a pedirle una foto que terminaron convirtiéndose en dos o tres por cabeza. Pobre Zayn, ¡en la que se había metido!



Narra Niall.



-Haznos una a la mariposilla y a mí.-pedí a Zayn. Este resopló. Habíamos perdido la cuenta de cuántas fotos le habíamos pedido en el rato que llevábamos allí.


-Es la última foto que hago.-dijo y reímos. La abracé por los hombros y ambos sonreímos. ¡Click! –Listo.-dijo guardando la cámara en la mochila que llevaba.



Estuvimos casi una hora por allí dando una vuelta y, como no, continuando con las fotos. Era algo irremediable. Después, nos sentamos a tomar algo en un pequeño local que había y cuando terminamos, volvimos al autobús. Nuestro próximo destino en el que haríamos noche sería la ciudad de Siena.



-¿Qué tal si jugamos a algo? Me aburro en este trasto.-se quejó Jess.

-¿Alguien tiene una baraja de cartas? –preguntó Des.- Sé un juego bastante entretenido.

-Yo tengo.-exclamó Harry revolviendo en su mochila. Tras unos minutos de búsqueda, sacó el juego de naipes.- Aquí tienes.-se la tendió.

-¿Y en qué consiste, señorita Miller? –preguntó Tay, curiosa. A continuación, mi amiga empezó con su explicación.



Narra Gianna.



Estaba segura de que sabía el juego al que se refería Des. Ella, Bec, Niall y yo habíamos jugado un montón de veces cuando éramos pequeños aunque no era demasiado divertido porque era un juego en el que cuanta más gente participara, mejor.



-A ver, es muy sencillo.-empezó a hablar Des.- Se llama “policías y ladrones”, se reparten las cartas, al que le toque el caballo es el ladrón y tiene que matar a sus víctimas guiñándoles el ojo, el que sea asesinado tendrá que colocar su carta boca arriba y, además, el ladrón puede hacer cómplices sacándole la lengua al jugador que quiera y este podrá matar de la misma forma. ¿Hasta aquí entendido? –todos asentimos.- Luego al que le toque el rey, será el policía y tiene que, obviamente, intentar pillar al ladrón. Por último, al que le toque la sota será la prostituta que tiene el poder de revivir a los muertos tirándoles un beso disimuladamente.-terminó de hablar.

-¿Y el resto? –preguntó Zayn.

-Son los ciudadanos.-dije yo.

-Pues venga, reparte, Des.-le dijo Liam. Cogió las cartas, eliminó las que no eran necesarias, las barajeó y repartió. Cada uno miró la suya. Genial, era la poli.



Narra Liam.



Parecía un juego bastante entretenido y la cosa pintaba bien después de la explicación de Des. Repartió las cartas y, con curiosidad, cada uno descubrió para sí mismo que rol le había tocado jugar. Para mi suerte o desgracia, me había tocado ser un simple ciudadano así que, me dediqué a observar a los demás, esperando a que el ladrón empezará a matar o a hacer cómplices.


-Sea quien sea el ladrón, ¡que se manifieste! –gritó Niall causando las risas de todos. Entonces, vimos como Bec mostraba su carta: la habían matado.- Será posible, ¡me habéis dejado viudo! –volvimos a reír.  Recibí un ligero guiño por parte de Louis. Perfecto, acababan de asesinarme a mí también. Seguí el protocolo y levanté mi carta.

-¿Alguien que sea tan amable de tirarnos un beso para revivirnos? –dije. Al instante, y con poco disimulo, Harry nos mandó dos besos sonoros. Una vez más, estallamos en carcajadas.


-Hazza, ¿qué parte de “disimuladamente” no has pillado? –comentó Zayn.



Narra Jessica.



Habíamos descubierto que Harry tenía la sota, y por lo tanto, era la prostituta ya que el hombre no tenía bien asimilado el concepto de disimular. Todos nos observábamos cuidadosamente, esperando que el ladrón volviera a actuar. Pasé mi mirada de los ojos marrones de mi chico a los azules de Louis y este último me sacó la lengua, haciéndome su cómplice. ¡Chachi! Ahora yo también tenía el poder de matar. Mi primer objetivo sin duda alguna fue Zayn. El juego siguió durante unos minutos más: Louis y yo matábamos continuamente y Harry se encargaba de revivirlos como le daba la gana lo que hacía que no paráramos de reír ni un solo momento. Las únicas personas que nunca habían sido asesinadas hasta ahora habían sido Des y Gia así que, alguna de las dos tenía que ser el policía. Supuse que Louis no se atrevería a guiñarle un ojo a Des por lo que optó por hacerle el gesto a Gia.



-Já, he ganado.-exclamó ella.- Tomlinson, le has guiñado el ojo a la persona equivocada.-dijo mientras nos enseñaba su carta: el rey de copas.

-¿Echamos otra? –propuso Rebecca.

-¡Hemos llegado! –anunció la profesora. Me da que esa nueva partida tendrá que esperar al próximo trayecto en autobús.



Narra Harry.



La profesora hizo que no pudiéramos jugar otra partida. El autobús paró delante de lo que supuse sería el hotel, rápidamente cogimos nuestras cosas y nos bajamos. Sacamos las maletas del maletero del autocar y entramos en el edificio de fachada blanca. Esperamos en la recepción a que la profesora consiguiera las llaves de las habitaciones, y, siguiendo con la repartición que había hecho la primera noche, nos entregó a cada pareja la suya. Tuvimos unos minutos para subir a dejar las maletas y volver a la recepción. Una vez más, nos recordaron que debíamos estar de vuelta a media noche porque pasaría lista y nos dejaron camino libre para “explorar” la ciudad a nuestro antojo.


Lo primero que hicimos fue buscar algún sitio en el que cenar algo y esta vez no fue por petición del irlandés sino por “votación popular”. Nuestros estómagos empezaban a reclamar algún plato de la deliciosa cocina italiana.

 

-¿Os habéis dado cuenta que ya estamos casi en la mitad del viaje? –comentó Tay antes de meterse una pinchada de tallarines a la boca.

-Cierto.-habló Bec.- ¿Para qué nos lo recuerdas? –se hizo la indignada y reímos.

-Bueno, aún nos queda ver Roma.-dijo Zayn.

-Y lo mejor…-empezó a decir Niall.

-Un mes enterito en el pueblo de tu tío.-acabó la frase Liam señalando a Rebecca.

-Este verano va a ser inolvidable.-dijo Jess tras soltar un suspiro.

-Estoy seguro de eso.-comenté mirando fijamente a Gia, esbozando una pequeña sonrisa que hizo que ella se ruborizara.



Narra Rebecca.



-¡Pagamos a medias! –dijo Tay por no sé cuánta vez.

-No seáis cabezotas.-habló Harry, quitando el dinero que nosotras habíamos puesto sobre la mesa para pagar la cuenta.

-Eso.-le apoyó Louis, que, para variar, no había abierto la boca en todo el día, a excepción de cuando jugamos en el autobús.- Dejad que os invitemos hoy.

-Yo no quiero nada tuyo.- le dijo Des.- Ahí tenéis mi parte.-dejó un billete y algunas monedas correspondientes a lo que ella había tomado.- Nos vemos mañana, chicos, me voy al hotel.-y dicho esto, salió del restaurante.

-Da igual lo que haga, ya no podré hacer nada bien.-murmuró Louis. Repitió la misma acción que Des había hecho con el dinero y también salió de allí tras despedirse de nosotros.

-Vaya dos.-susurró Jess.

-Necesitan arreglarlo urgentemente.-comentó Liam.

-Pues no sé cómo.-dije.- Yo no la veo a ella muy dispuesta a nada.

-Y es normal.-habló mi novio.- Es la segunda vez que la hace daño.-la defendió.

-¿En serio crees que Louis fue capaz de engañarla? –preguntó Zayn.

-Sí.-contestó sin pensarlo Niall.

 -Yo no pienso lo mismo.-dijo Gia.- Le costó mucho recuperarla como para echarlo todo por la borda así de rápido.-Opinaba lo mismo que ella. Estaba segura que había algo detrás de aquello que todos estábamos pasando por alto.



Narra Louis.



Volví al hotel demasiado cabreado. Cada día me daba cuenta que daba un paso adelante en el camino de perder a Des para siempre y eso me estaba poniendo demasiado furioso. Subí en el ascensor hasta la quinta planta y nada más abrirse las puertas me encontré con la última persona a la que quería ver en ese momento.



-¡Lou! –exclamó al verme. Vino hasta mí y se lanzó a mis brazos. La aparté bruscamente, lo único que me faltaba era que Des me viera en su compañía.

-Déjame Vanessa, no estoy ahora para tus tonterías.-dije caminando hacia mi habitación.

-¿Mis tonterías? Eso no pensabas hace unos meses cuando te metiste en mi cama.-cerré los ojos, respiré hondo y me giré para encararla.


-Ahora que lo mencionas.-dije pausadamente.- ¿Qué me hiciste aquel día? ¿Me drogaste? –a medida que hablaba me acercaba más a ella.

-Nada. Te morías por estar conmigo y yo solamente te complací.-sonrió rodeando mi cuello con sus manos.

-No te creo.-dije enfadado.- Pero no te preocupes, averiguaré lo que pasó.-me deshice de su agarre y volví a mi habitación.

-Buena suerte en la búsqueda, cielo.-



Narra Destiny.



Me metí en la cama tras ponerme el pijama y justo cuando intentaba quedarme dormida, mi adorable compañera de habitación entró sin ningún cuidado por no hacer ruido. Decidí hacerme la dormida por si la entraban ganas de charlar porque era lo último que quería hacer. La escuché suspirar después de tumbarse en la cama.



-Des, no sabes lo que te pierdes.-dijo.- Louis es una auténtica máquina en la cama.-¿Hola? ¿Y esto a que venía ahora? –Vengo de su habitación, ¿sabes? –siguió con su charla y yo, haciendo como que no la escuchaba.- Y.-hizo una pausa. Apostaría a que estaba mordiéndose el labio pensando en él.- Uff, me deja agotada.- ¿Y ahora qué? ¿Pensaba ponerse a contarme los detalles del polvo que habían echado? -¿Sabes otra cosa? Me ha contado por qué te dejó.- No hace falta. Tengo la respuesta, gracias. Ah, y le dejé yo.- Dice que eras demasiado estrecha, que no disfrutaba contigo lo suficiente, necesitaba una mujer que le satisfaciera por eso venía a buscarme cuando te tocaba pasar el fin de semana en Londres.-Vale, eso ya fue la gota que colmó el vaso.



Había intentado mantenerme fuerte pero no podía más. Salí de la cama sin siquiera mirarla, cerré la puerta de un portazo y, una vez en el pasillo, me dejé caer al suelo, apoyando mi espalda en la pared mientras las lágrimas retenidas empezaban a recorrer mis mejillas a toda prisa.



Narra Zayn.





Después de que Des y Louis nos abandonaran, decidimos dar un paseo hasta que llegara la hora del “toque de queda” por la ciudad italiana de Siena. Caminábamos tranquilos los ocho mientras hablábamos de nuestras cosas, como solíamos hacer. Paramos a tomar un helado y pusimos rumbo al hotel para llegar a tiempo. La profesora pasó lista y, tras dar el visto bueno, tuvimos permiso para subir a nuestras habitaciones. Esta vez, estábamos repartidos entre la cuarta y quinta planta. Casi todos estaban en la cuarta a excepción de  Niall, Des, Louis y yo. Todos se despidieron de mí con un “hasta mañana” y mi chica dejando un pequeño beso en mis labios seguido de un “te quiero” susurrado. Nada más salir del ascensor, vimos a alguien sentado en el suelo, con la cabeza enterrada en sus piernas y, al acercarnos, pudimos descubrir que se trataba de Des.

-Mariposilla, ¿qué haces aquí a estas horas? –preguntó Niall y cuando ella alzó la cabeza para mirarnos, comprobamos que había estado llorando.

-Des, ¿estás bien? –pregunté. Pequeñas lágrimas empezaron a salir de sus ojos y, sin decir nada más, ambos nos agachamos hasta quedar a su altura y la abrazamos, esperando que al calmarse, quisiera compartir con nosotros dos aquello que la había puesto en aquel estado.






¡Hola chicas! Antes de nada...Sé que este capítulo es bastante más corto que el primero pero todo tiene su explicación. ¿Recordáis que os dije que estaba medio bloqueada y que me costaba mucho escribir esta fic? Bien, pues he descubierto que es porque intenté escribir bastante en cada trocito de cada personaje. Por eso, en este capítulo, cada trozo es algo más corto y bueno, ha sido bastante más fácil. Espero que no os moleste que sean algo más cortos, pero así de alguna forma tenéis asegurado el capítulo semanal (de momento, cuando pase la época de exámenes, intentaré que tengáis dos a la semana). Nada más, espero que os haya gustado. Muchísimas gracias, pasad mañana una buena noche, no os atragantéis con las uvas y...¡Feliz Año! 
Love,
Sarai.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Capítulo Uno: Florencia.



Narra Gianna.



Subimos cada uno a su habitación asignada para dejar todas nuestras pertenencias. Afortunadamente, Claire era una buena chica y no sería un problema compartir habitación con ella.



-¿Quieres encargarte tú de la llave? –me preguntó mientras yo llevaba mi neceser al baño.

-Como quieras.-respondí.

-Toma.-me la tendió.- Que yo suelo ser muy despistada.

-Pues no es que yo viva muy pendiente de todo.-comenté guardándomela en el bolsillo del pantalón y ambas reímos.



Salimos de la habitación y nos encontramos haciendo lo mismo a Jess y Tay. Las saludé con la mano y las cuatro nos metimos en el ascensor para bajar a recepción. Allí, Claire se fue con Peter y otras dos chicas de la clase y nosotras nos reunimos con Zayn, Niall y Des. Poco después se nos unieron los que faltaban: Louis, Harry, Liam y Bec.



-¿Qué te ocurre? –le preguntó Zayn a Bec: traía una cara rara.

-Que Helen es peor que una de esas modelos de la tele.-hizo una pausa.- ¿Os podéis creer que me pregunta que cuántos pintauñas me he traído? –resopló negando con la cabeza y nos echamos a reír.

-Anda, anda, no te quejes tanto.-dijo Niall.

-Eso digo yo. Algunos tenemos peores compañeros de habitación.-comentó Des y llevaba toda la razón.

-Cierto.-admitió Bec.

-¡Ponedme atención, chicos! –habló nuestra profesora.- Hoy tendréis el día libre para recorrer la ciudad, mañana por la mañana visitaremos la Galería de la Academia de Florencia y después de comer pondremos rumbo hacia Pisa y Siena. Os quiero aquí.-señaló el lugar con las manos.- antes de las doce de la noche, ¿entendido? –todos contestamos con un sí.- Pues, ¡disfrutad de Florencia, chicos! –y dicho esto, salimos del hotel en varios grupos.

-¿A dónde vamos primero? –pregunté entusiasmada. Era mi primer viaje fuera de Inglaterra y además, sola, con mis amigos.

-¡A comer! –gritó Niall.

-Niall no son ni las doce de la mañana.-le regañó Harry.

-Voto por ir a la Piazza del Duomo.-sugirió Des con un mapa en la mano.

-¿Vas a hacer tú de guía? –preguntó Liam. Ella se encogió de hombros.

-Si nadie se opone…-dijo mirándonos uno a uno.-

-¡Listo! Nombrada guía turística durante todo el viaje.-exclamó Tay.

-Entonces, vamos por aquí.-



Narra Zayn.



Habíamos dejado que fuera Des la que nos guiara y estaba siendo muy divertido. Niall le había arrebatado el mapa en un par de ocasiones argumentando que ella no sabía orientarse pero en realidad, él tampoco es que fuera muy bueno. Tras unos veinte minutos andando, conseguimos llegar a nuestro destino: la Piazza del Duomo, donde se encontraba la catedral de Florencia. Entramos a verla en silencio aunque con todos los que éramos, eso fue algo complicado: cuando alguno tropezaba, otro empezaba a reírse escandalosamente y si no, alguno tosía o estornudaba. Después de hacernos unas cuantas fotos fuera de la catedral, pusimos rumbo a otra parte de la ciudad: la Piazza della Signoria.



-¿Por qué no comemos antes? –volvió a insistir Niall.

-Yo apoyo al rubio.-comentó mi chica.

-Venga, comamos algo entonces.-propuso Gia.



Nos pusimos a buscar algún sitio donde entrar a comer y en seguida lo encontramos. Entramos en un pequeño restaurante y nos sentamos los diez alrededor de una mesa alargada. Una camarera muy amable nos trajo unas cuantas cartas pero no tardamos mucho en elegir: queríamos probar la pasta italiana. Cuando terminamos la comida, pagamos entre todos a petición de las chicas y volvimos a la calle.



-Mira, ¡si es igual que en Luna Nueva!-gritó Tay señalando el edificio que se alzaba ante nosotros.

-¡Foto, foto! –empezó a canturrear Rebecca. Las cinco se colocaron frente a lo que creo que era el ayuntamiento y Liam fue el encargado de hacerlas la foto. Caminamos un rato por allí y el siguiente sitio al que nos dirigimos fue al Palazzo Pitti.

-¿Qué tal lo llevas? –le pregunté a Louis, él y yo nos habíamos quedado los últimos. Se encogió de hombros.

-Como puedo.-contestó y palmeé su hombro.

-Sigo pensando que lo solucionaréis.


-No lo creo.-me respondió sincero.- No me habla, no quiere saber nada de mí y, en realidad, me lo merezco. Tampoco quiero seguir haciéndola daño, tengo que dejar que sea feliz con otro.

-¿Y tú qué?-dije.- La quieres.-afirmé.

-Pero desgraciadamente eso no es suficiente esta vez, Zayn.



Narra Rebecca.



Las chicas y yo íbamos más adelantadas que los chicos, emocionadas por entrar en aquel palacio y, por un momento, simular que éramos cualquiera de las princesas que protagonizaban los cuentos de nuestra niñez. Pasamos allí gran parte de la tarde ya que era enorme y recorrerlo en su totalidad nos llevó bastante tiempo. Cuando salimos de allí, paseamos tranquilamente por las calles de la ciudad, haciendo tiempo a que fuera la hora de la cena. Esta vez, elegimos una pizzería.



-¿Te peleas con el mapa, Desti? –pregunté acercándome a ella.

-No me llames así, Becci.-ambas reímos.- Y no me peleo con él, te contaré un secreto.-dijo bajando la voz.- No tengo ni idea de cómo volver al hotel.-

-¿Qué? –grité.- ¡Pero si quedan quince minutos para la hora acordada! –dije exasperada después de mirar el reloj que llevaba en la muñeca.-

-¿Qué os pasa a vosotras? –preguntó Harry que venía detrás, hablando con Tay y Zayn.

-Que estamos.-iba a explicarlo pero Des me interrumpió.

-Nada, nada.-Zayn nos miró a ambas con una ceja levantada y como diciendo “decid lo que tengáis que decir, ya”.- Ag, vale, nos hemos perdido, no sé llegar al hotel.-admitió.

-¿He oído que estamos perdidos? –se escuchó la voz de Gia al fondo.

-Es culpa del puñetero mapa.-dijo Des enfadada.- Mirad, las calles son un lío.-nos enseñó el mapa a los demás.

-Déjame ver.-creo que era la primera vez en todo el día que Louis hablaba. Se hizo hueco y se colocó al lado de Des, mirando el mapa.- Creo que sé cómo llegar.-afirmó.- ¿Puedo? –la pidió permiso para hacerse con el trozo de papel y ella, sin decir nada, se lo dio casi de mala gana.

-Se la pasará tarde o temprano.-le susurré. Me había quedado a su lado, encabezando el grupo.

-Han pasado ya más de dos meses y mírala.-murmuró.- Esto no me lo perdonará en la vida, Bec.



Narra Liam.



Íbamos cerrando el grupo Louis, Gia y yo cuando de repente, Bec y Des se pararon y escuchamos que estábamos perdidos. Louis se puso al mando ya que al parecer, él sí sabía cómo guiarnos de vuelta al hotel. Seguimos charlando mientras caminábamos por las calles de Florencia y unos minutos más tarde, justos de tiempo he de decir, estábamos entrando por la puerta del hotel.


-¡Ya era hora! –exclamó la profesora al vernos entrar a los diez.- ¿Estáis todos? –nos preguntó y asentimos.- Bien, el desayuno se sirve a las ocho y a las nueve y media os quiero a todos listos para irnos, ¿de acuerdo? Podéis iros a la cama y no quiero a nadie merodeando por los pasillos que nos conocemos.-advirtió antes de subir al ascensor.

-Yo me voy a dormir, chicos.-dijo Des.

-Te acompaño.-le dijo Harry.- Nos vemos en la habitación.-comentó refiriéndose a mí. Se despidieron de los demás y subieron a las habitaciones.

-¿Nos vemos aquí a las ocho para el desayuno? –preguntó Bec.

-Claro.-respondieron a la vez Niall y Zayn.


Decidimos irnos todos a dormir, total, allí ya no hacíamos nada. Subimos en el ascensor y yo acompañé a Jess y Tay hasta su habitación.


-Hasta mañana, chicas.-me despedí.

-Hasta mañana, Liam.-Jess besó mi mejilla y entró en la habitación, dejándonos a Tay y a mí en el pasillo con un poco de intimidad.

-¿Y si le hago un cambio de habitación a Jess? –pregunté y ella rió.


-No digas chorradas.-dijo antes de besarme.- Nos vemos mañana.

-Que duermas bien.-hablé antes de que entrara en la habitación después de darnos otro beso. Caminé unos cuantos pasos hasta mi habitación, que estaba dos puertas más allá, y llamé a la puerta para que Harry me abriera.

-Eh, Payne.-escuché que alguien me llamaba desde el fondo del pasillo. Me giré para encontrarme con la persona que más odiaba en este mundo.- ¿Qué tal? ¿Todo bien con Taylor? –no me molesté en contestarle, solo me quedé esperando a que Harry me abriera la puerta.- Yo que tú aprovecharía al máximo, cuando menos te lo esperes, volveré a por ella.-cerré los ojos apretando la mano derecha en un puño, pidiendo a gritos que Harry apareciera o no aguantaría a abalanzarme sobre Justin.



Narra Destiny.



Llamé a la puerta de la habitación. Sabía que Vanessa estaba dentro porque mientras Harry y yo hablábamos en el pasillo, la había visto entrar pero al parecer estaba sorda o algo porque no me abría la dichosa puerta. Insistí un poco más y al final, abrió.



-No hace falta que aporrees la puerta de esa manera.-se quejó.



Rodé los ojos y pasé de contestarla. Tranquila, Des, tú puedes, aguanta, es solo una semana, pasa de ella, no la contestes, haz como si no existiera como si fuera invisible. Me repetía una y otra vez a mí misma mientras me deshacía de mi ropa y me ponía el pijama.



-Me llevo la tarjeta.-dijo y la miré frunciendo el ceño.- ¿Qué? No pienso meterme a la cama ya, me voy por ahí.-

-Como quieras pero ni se te ocurra llamar a la puerta, no te abriré si lo haces.-amenacé. Esta era capaz de irse y en cinco minutos volver y no parar de molestar en toda la noche.



Me metí en la cama, cogí el móvil para poner el despertador para el día siguiente y no tardé mucho en dormirme profundamente.


Every time we to-o-ouch, you get this kinda ru-u-ush, baby say, yeah, yeah, yeah…


Ese era mi despertador. Aquel día que Niall y yo cantamos Kiss you Rebecca nos grabó y ahora lo tenía como despertador. Era una canción que me animaba mucho por las mañanas.



-¿Quieres apagar ya ese trasto? –se quejó bajo las sábanas Vanessa. No dije nada y simplemente subí el volumen del teléfono al máximo mientras mi voz y la de mi amigo sonaban por toda la habitación.-

-¿Decías algo? –pregunté divertida mientras veía cómo ella ponía la cabeza bajo la almohada, en un intento fallido de aislarse del ruido.


Me llevé el móvil conmigo al baño, dejé preparada una toalla y me metí a la ducha para vestirme y bajar a desayunar como habíamos acordado el día anterior.



Narra Niall.



Sonó el despertador a la hora que lo había programado antes de dormirme anoche. Me levanté y vi que Louis ya había dejado su cama, escuché el agua de la ducha caer así que supuse que estaría ocupando el baño. Volví a tumbarme. Total, no podía hacer nada hasta que él saliera de ahí. No tardó mucho en hacerlo.



-Buenos días.-dijo cuando nos cruzamos.

-Buenos días.-contesté tan solo por educación.



Me metí en la ducha y estuve varios minutos dejando que el agua cayera por mi cuerpo, relajándome para el día que me esperaba andando de un lado para otro por la ciudad italiana. Salí y enrollé una toalla en mi cintura.



-Niall, me bajo a desayunar, te dejo la tarjeta en la mesilla.-me advirtió Louis.

-No hace falta que me des tantas explicaciones, Tomlinson.-contesté sonando demasiado borde.



No escuché más que el sonido de la puerta al cerrarse. Te has pasado, Horan. Ha engañado a mi mejor amiga, no merece ni que le dirija la palabra, es más, tendría que haberle hecho pagar por ello pero ella me pidió que dejara las cosas como estaban, que me quedara quieto y eso hice, quedarme con las ganas de decirle un par de cosas.

Elegí para ese día vestirme con uno de mis vaqueros y una camiseta roja de manga corta, acompañado, como no, de unas zapatillas blancas de mi estilo de siempre. Me peiné un poco con la mano, dejándome un pequeño tupé, cogí la tarjeta y salí de la habitación.

 

-¿Me espías, princesa? –pregunté divertido a Bec: habíamos salido a la vez de la habitación.

-Tengo cosas mejores que hacer aunque no lo creas.-me contestó. Pasé mi brazo por su cintura, acercándola a mí.- Anda, vamos a desayunar que vamos tarde.-dijo.

-¿Y si no bajamos? –pregunté alzando una ceja, pícaro.


-No hemos venido hasta aquí para quedarnos en el hotel.-susurró sobre mis labios.- Es tentador, Nialler, pero debo decirte que no.-besó mis labios y, agarrando mi mano, tiró de mí hasta el ascensor.



Narra Taylor.


Jess y yo echamos a suertes quién entraría primero en la ducha aquella mañana. Ella salió vencedora de aquel pequeño juego que habíamos llevado a cabo así que me volví a tumbar en la cama con el móvil entre las manos.



-¿Te importa si pongo algo de música? –dije lo suficientemente alto para que me escuchara desde el baño.

-¡No! –respondió de la misma manera y segundos después escuché que el agua empezaba a caer.



Busqué entre la música que tenía en el teléfono y elegí una canción de Bruno Mars: The Lazy Song. Empecé a cantar, haciendo tiempo a que mi amiga saliera de la ducha.



-¡Puedes pasar ya! –gritó nada más salir.



Llevé el móvil hasta el baño para seguir escuchando algo de música y mientras Jess terminaba de arreglarse el pelo, yo me duché. Tardamos poco en arreglarnos y, una vez estuvimos listas, salimos al pasillo para dirigirnos al ascensor que nos llevaría al comedor del hotel para desayunar.



-¿Los ves? –le pregunté a Jess mientras ambas mirábamos a todos lados intentando encontrar a los demás.

-Negativo.-contestó. Fue entonces cuando vi el brazo de mi novio agitándose de un lado para otro, intentando llamar la atención de alguna de nosotras.

-Allí están.-le indiqué a Jess, señalando con el dedo hacia la mesa.



Caminamos hasta allí y nos sentamos en dos de las sillas que estaban libres.



-¿Y Zayn? –preguntó Jess.

-¡Aquí estoy! –dijo el moreno apareciendo en escena.



Estuvimos desayunando los diez mientras hablábamos de cualquier chorrada que se nos ocurría y, en cuanto terminamos, nos acercamos a la recepción donde todavía no había llegado ni nuestra profesora ni algunos compañeros. Esperamos unos minutos a que aparecieran y todos pusimos rumbo a la Galería de la Academia de Florencia donde se encontraba la famosa estatua del David de Miguel Ángel.



Narra Harry.



Después de dar vueltas casi durante una hora por aquella galería llena de esculturas, volvimos a salir a la calle a que nos recibiera un calor abrasador desprendido por el sol que brillaba sobre la ciudad de Florencia aquel día veraniego.



-A las doce nos vamos, tenéis menos de una hora para dar una última vuelta por la ciudad, comprar lo que queráis, volver al hotel, sacar las maletas y subir al autobús. Os esperamos en la puerta del hotel.-indicó la profesora segundos antes de que todos nos dispersáramos en diferentes direcciones.

-¿Queréis ir a algún sitio en concreto? –preguntó Liam a las chicas que negaron con la cabeza.

-Propongo ir a los puestos esos que vimos anoche.-dijo Jess.- Seguro que ahora están abiertos.



No es que nos entusiasmara la idea de los mercadillos artesanales a los chicos pero bueno, accedimos por ellas. Sabíamos que adoraban todo tipo de bisutería y saldrían con más de un objeto de allí aquella mañana. Nos pusimos en camino mientras charlábamos y, al llegar a nuestro destino, nos fuimos dividiendo según los intereses de cada uno.



-¿Qué? ¿Hay algo de tu gusto? –pregunté a su espalda, haciéndola dar un pequeño brinco por el susto.

-Serás idiota.-replicó dándome un pequeño golpe en el brazo.

-No has contestado a mi pregunta.-dije colocándome a su lado mientras ella observaba la variedad de colgantes de plata que ofrecía aquel puesto.

-Es igual.-contestó.- Se sale de mi presupuesto.

-¿Qué te apuestas a que sé exactamente cual quieres? –me miró y sonreí.- Nos llevamos ese.-le dije al muchacho encargado del puesto.


-No, Harry. No hace falta.-pidió colocando su mano sobre mi brazo intentando evitar que sacara la cartera del bolsillo trasero de mi pantalón.

-¿No puedo hacer un regalo a una amiga? –pregunté alzando una ceja y ella sonrió. Ambos sabíamos que ninguno queríamos quedarnos en ese estado de amigos pero todavía su corazón no estaba preparado para volver conmigo.



Narra Jessica.


Des y yo nos estábamos volviendo locas con tantas pulseras, colgantes y pendientes que había por allí. Si por nosotras fuera, ¡nos llevaríamos el puesto entero!



-¡Es imposible decidirse! –exclamé.

-Y luego me criticáis a mí cuando me pasa eso con la comida.-comentó el irlandés.

-Venga, Jess, no puede ser tan difícil elegir una pulsera.-me metió prisa mi novio.

-¡Hombres! –se quejó Des.- ¡No entendéis nada! –exageró y nos echamos a reír.

-¿Y si nos compramos estas y las llevamos las cinco iguales? –propuse.

-Genial, ¿hay cinco colores distintos? –preguntó ella. Asentí con la cabeza. En seguida, empezamos a llamar a las tres que nos faltaban y que aceptaron gustosas mi idea.

-Me encantan.-comentó Bec mirando la suya. Habíamos elegido unas pulseras que llevaban un cordón de colores distintos y un infinito de plata que simbolizaría que nuestra amistad duraría para siempre. La mía era azul; la de Des, rosa; la de Gia, roja; la de Tay, verde clarito y la de Bec, violeta.

-Vámonos ya o llegaremos tarde.-dijo Liam. Asentimos con la cabeza en un gesto de aprobación y empezamos a caminar rumbo al hotel.

-¿Y ese colgante? Es muy bonito.-le dijo Tay a Gia. Era una paleta de colores que usan los pintores.

-¿Os gusta? –preguntó cogiéndolo con la mano.- Regalo de Harry.-murmuró agachando la cabeza, algo sonrojada.

-¿Has dicho de Harry? –preguntó Bec quizás demasiado alto. Miré hacia atrás para ver si nos habían escuchado pero no, los cinco iban a lo suyo.

-Aw, que mono es el rizos.-comentó Des.

-¿Has pensado en volver con él? –pregunté yo, directa al grano.

-Sí, claro que lo he pensado.-contestó ella.- Pero aún no estoy muy segura. Es un amor conmigo pero no sé si estoy preparada y si vuelvo a confiar en él al cien por cien.



Narra Louis.



Volvimos al hotel charlando los cinco, bueno, yo con todos menos con Niall, por supuesto. Una vez allí, subimos a las habitaciones a recoger las maletas y bajamos a la recepción. La profesora pasó lista y, después de comprobar que estábamos todos, empezamos a subirnos al autobús que nos llevaría a visitar la famosa torre inclinada. Cogimos los últimos asientos del autobús, yo me senté en el rincón, al lado de la ventana. Tampoco tenía muchas ganas de hablar con nadie. A pesar de que entre todos intentaban que todo en el grupo siguiera como antes, no lo habían conseguido y es que, entre Niall, Des y yo había una tensión que podría cortarse fácilmente con un cuchillo. Lo había intentado en numerosas ocasiones, había pedido perdón a Des tantas veces que había perdido la cuenta pero su respuesta había sido siempre la misma, bueno, en realidad no me decía nada, simplemente se quedaba callada y seguía su camino sin hacer el menor caso.

Estaba desesperado, estaba casi seguro de que algo tuvo que pasar aquella noche para que terminara acostándome con Vanessa. Barajaba varias posibilidades y entre ellas se encontraba una en la que ella se encargaba de emborracharme, quizás hasta de drograrme para conseguir su propósito. Lo peor era que no tenía pruebas y no sabía cómo conseguirlas. Pero, ¿conseguir pruebas me devolvería a mi chica? Posiblemente no. O quizás sí.




-¡Louis! –gritó mi amigo de rizos.

-¿Eh? ¿Qué pasa? –pregunté extrañado por sus voces.

-Que estás empanado, tío. Acabamos de llegar, hay que bajarse.-resoplé y me levanté del asiento.



No tenía muchas ganas de seguir dando vueltas por allí. Solo quería tumbarme en la cama del hotel y pensar en cómo podía conseguir esas pruebas que pudieran demostrarle a Des que yo era inocente, que lo que había pasado no había sido mi culpa y así, poder recuperarla y volver a tenerla entre mis brazos como hacía unos meses.

 

 ¡Al fin he podido subir el primer capítulo! Wohooooooooo. Madre mía, no sabéis lo que me ha costado, después de tener un montón de ideas para seguir con esta fic, me quedé en blanco totalmente y no sabía por donde tirar, muestra de ello es que este capítulo deja bastante que desear pero bueno, parece que he vuelto a ordenar mi cabeza y lo tengo claro todo de nuevo. El lunes que viene espero poder subir el segundo capítulo y a ver si sale mejor. ¡FELIZ NAVIDAD! Y que mañana Papá Noel os traiga un montón de cositas, bueno, eso solo si habéis sido buenas sino, nada de nada, eh :P Ay, mañana este pequeño cumple años *-*Que mono era ya desde pequeño el jodio. Bueno, lo dicho, que nos vemos el lunes (el viernes en OLS) y que lo paséis muy bien esto días.
Muchísimas gracias.
Love,
Sarai.